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¿Ruptura de pareja y feminismo? Primera parte

A medida que me hago más viejo me doy cuenta que se trato de relacionar temas que posiblemente nunca se me habrían ocurrido antes. Una de mis principales preocupaciones, de la que escribo desde diferentes ópticas para tratar de aclararme es la coherencia de los “nuevos” paradigmas de evolución humana. Algunas personas juegan a hacerlo con los buscadores de internet: Escoge un par de conceptos que en apariencia no tienen relación y búscalos. Te sorprenderá lo “piraos” que estamos los seres humanos. Por supuesto, me incluyo.

Como al final este “escrito”, para variar, me quedó más largo de lo que inicialmente tenía pensado, lo he dividido en 3 partes. Puedes ver la parte 2 acá y la 3 aquí.

“Millennials”, “centennials” y toda clase de nuevos adjetivos para las actuales generaciones están preocupados por asuntos que parecían menores hace unos años. El veganismo, el ecologismo, el animalismo y el feminismo son algunos de ellos. Todas estas “tendencias”, que según los expertos han llegado para quedarse, con lo cual más que modas son síntomas de que la humanidad evoluciona hacia nuevas formas de entenderse y relacionarse. Aunque puede resultar un poco simplistas, todos estos movimientos están basados en el “igualitarismo”, que es la base, entre otros fenómenos, de los derechos humanos.

No nos engañemos, detrás de todas estas ideas hay grandes corporaciones que sabrán sacar partido a estas “nuevas” aspiraciones y que le dictarán a los políticos hacia donde debemos legislar. Bien, basta de divagar. Hoy me despertó literalmente (son las 4:00 de la mañana) la pregunta sobre la relación entre estos dos temas.

¿Influye de alguna forma el tener valores feministas como rectores de vida en la forma en que rompemos una relación de pareja o asumimos esa ruptura?

Ya he hablado tangencialmente de este tema en otro artículo sobre “celos y feminismo”, así que remítanse al enlace si les interesa el tema.

Como soy hombre y no me puedo sustraer a mis herencias culturales machista por más trabajo interno que haya hecho para desterrarlas (técnicamente sería “descorporeizarlas”), siempre que incluyo “feminismo” en mis artículos, me gusta pedir disculpas por anticipado porque es posible que meta la pata en algún enfoque o con el lenguaje inclusivo.  He de decir que existen muchas posiciones dentro del feminismo, y que mi exposición es un tanto “ligth”, “ligera”, comparada a lo que ciertas posturas señalan con respecto a las relaciones afectivas y por ende las rupturas de las mismas.

 ¿Si creo en los valores feministas que no son otros que los de la igualdad y equidad de derechos y deberes entre hombres y mujeres, mi abordaje de las rupturas amorosas de pareja, debería ser consecuente con éstos?

¡Puff! ¡Vaya follón!

Vamos por partes.

No son superhéroes, ni superheroínas

Uno de los problemas de enarbolar como lucha activa y visible determinados valores como el feminismo es que te sometes a la lupa de quienes te rodean. Al haber avanzado tanto el movimiento feminista en los últimos tiempos, parece que llamarte feminista te mete en un mismo saco de valores y por tanto debes actuar en consecuencia.

Las y los feministas somos seres humanos. Los mismas seres humanos machistas de hace unos años, pero en proceso de transformación, de rehabilitación, o de renacimiento, como lo quieran abordar. Esto significa que seguimos cometiendo los mismos errores que como humanos se nos espera que cometamos.

A quienes defienden las aspiraciones del feminismo se les mira (¿y se les ha de mirar?) con especial interés en casi todo lo que hacen para ver si son pillados(as) en cualquier incoherencia. Este artículo es prueba de ello. Pero mi intención es aclararme, más que señalar.  

 En las rupturas de pareja de personas que creen en el feminismo, no tendría por qué ser diferente. Además, a pesar de las diferentes olas del feminismo, apenas hace unos años que las personas están espabilando acerca de lo que implica ser feminista y han empezado a revisar sus herencias educativas. Así que tampoco debemos esperar mucho cambio. Llevamos poco tiempo.

Aunque están expuestas(os) a una pesquisa mayor, las personas feministas no son ni súper héroes ni superheroínas de los valores de la coherencia, son simplemente seres humanos tratando de ser más coherentes con ciertos valores e intentando levantarse por encima de la herencia heteropatriarcal.

Pero…

Ya puestos a revisar coherencias…

¿Es posible que podamos asumir una posición política, psicológica, emocional, social, diferente frente a las rupturas amorosas si decimos vivir los valores del feminismo?

Mitos del amor romántico

Uno de los aspectos que rápidamente se ha dado cuenta el feminismo es que “el amor romántico” que la cultura ha ido inoculando a niñas y niños a través de cuentos fantasiosos, películas y medios de comunicación, es una de las herramientas que el machismo ha utilizado para mantener a las mujeres en un posición pasiva, de dependencia afectiva, vulnerabilidad, fragilidad frente a la figura masculina (asociada a la del príncipe azul rescatando a la princesa en apuros). Por su parte los hombres han sido adiestrados para mostrarse fuertes ante cualquier vicisitud, especialmente exigiéndosele que no se comporte como una “mujer” en asuntos amorosos. Comportarse como una mujer significa que serás invadido por las emociones (estableciendo que éstas son señal de debilidad) y deberás estar dispuesta a hacer cualquier cosa para no ser abandonada por este príncipe, incluso yendo en contra de tus propias aspiraciones personales y profesionales, permitiendo cierto(o mucho) grado de abuso, y afectando tu autoestima al constatar que no eres tan buena como para “saber retener a un hombre”.

Vamos a dejarlo por acá, e esta primera parte. Comparte conmigo tu opinión y la repuesta a esta pregunta:

¿Crees que las personas feministas tienen una carga de coherencia adicional que debe verse también en la manera como rompen sus relaciones de pareja?

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