En este momento estás viendo ¿Mejorar mi vida aceptándose a mí mismo?

¿Mejorar mi vida aceptándose a mí mismo?

¿Cuántas veces te has criticado por tu aspecto físico?
¿Cuántas veces te has culpado por el tipo de decisiones que tomas?
¿Cuántas veces reniegas de la suerte que te ha tocado vivir?
¿Cuántas veces desearías ser otra persona, tener una vida diferente?

Muchas personas no se dan cuenta que parte de sus insatisfacciones en la vida parten del hecho de no aceptarse a sí mismas. Es necesario hacer un proceso de autoaceptación para cambiar esta tendencia y alcanzar mayores niveles de bienestar.

Autoestima, Autoaceptación

¿Autoaceptación?

La autoaceptación es uno de los elementos básico de la autoestima. 

Para algunas personas puede parecer innecesario hablar de ella, ya que al vivir con nosotros mismos, es inevitable aceptarnos pero no es posible hablar de autoestima sin hablar de autoaceptación y autoconocimiento. 

Sin embargo este concepto, la autoaceptación, apunta a aspectos más complejos: desde la consideración filosófica de quiénes somos, hasta aspectos más prácticos como nuestra imagen personal.

Las evidencias y los estudios parecen demostrar que no es tan innecesario hablar de autoaceptación ya que muchos de los problemas de toma de decisiones, pasividad, actitudes negativas, falta de motivación para vivir e incluso conductas psicopáticas y antisociales, tienen un componente de baja autoestima entre sus múltiples explicaciones. 

Y donde se detecta baja autoestima, hay con seguridad problemas de aceptación de sí mismo.

Se podría asegurar que autoestima y autoaceptación están tan unidas que podríamos sólo hablar de una de ellas y ahorrarle al diccionario otra acepción, pero aunque una no puede ir sin la otra, el hecho de utilizar distintos sufijos muestra la necesidad de hacer énfasis en aspectos diferentes.

Lo mismo podríamos decir de otros conceptos como autoimagen, autoconcepto, autoesquema, autodiagnóstico que no gozan de la misma publicidad como el término autoestima, acaso porque son parte del mismo paquete.

¿Qué no aceptamos de nosotros mismos?

La respuesta es fácil: Todo.

Para algunos serán sus ojos, para otros su cara, para otras sus pechos, para otros su figura(todos estos componentes de la autoimagen). 

Para otros será su manera de ser, su personalidad, sus reacciones emocionales, su incertidumbre a la hora de saber quién es y qué quiere(autoconcepto). 

Para otros será esa manía de dejar todo empezado, de no tomar decisiones oportunas y bien pensadas(autoeficacia) y para otros será una sensación generalizada de no creer en sí mismos, de no tener nada bueno que ofrecer a la sociedad o a su entorno más inmediato, de sentirse rechazada por cualquiera de las situaciones anteriores y en casos más extremos, de sentir sencillamente que sobra en el mundo(autoestima).

Decepción, Tristeza

¿Cómo nos afecta la falta aceptación de nosotros mismos?

Aunque sería fácil deducir a partir de los ejemplos comentados anteriormente, se pueden señalar diversas consecuencias de la no aceptación de sí mismo de manera más específica:

  • Falta de motivación para vivir.
  • Inseguridad a la hora de hacer propuestas y buscar empleo por ejemplo(tan importante hoy en día)
  • Incapacidad de reconocer el propio atractivo físico, que deriva en problemas de pocas habilidades sociales, lo que a su vez puede llevar al aislamiento y a depresiones por soledad.
  • Incapacidad de decir lo que se piensa, por miedo o falta de darle valor a esas ideas, lo que puede llevar a soportar verdaderas injusticias, calumnias, humillaciones o por otro lado el dejar de aportar ideas que pudieran ser útiles para la resolución de problemas en el grupo familiar, social o laboral.
  • Sensación de insatisfacción constante acerca de sí mismo, que lleva a tener una vida amargada, con incapacidad de reconocer las “cosas buenas de la vida” y llevar por tanto a un proceso paulatino de marginación de la sociedad, ya no por las pocas habilidades sociales sino por resentimiento al ver que a los demás sí les pasan “cosas buenas”, pero a ellos no.

Empezar a aceptarnos a nosotros mismos

Aunque parezca poco claro, sólo se puede decir de esta forma, a manera de resumen:

Para desarrollar la autoaceptación hay que empezar por aceptarse a sí mismo.

Una vez hecho el autodiagnóstico, se puede empezar a dar prioridad sobre las áreas que según el deseo propio considere más prioritarias a trabajar.

Puede ser tan simple como aprender a exponer una idea, por elemental que parezca a priori, ante personas que se consideran importantes para sí mismo.

Puede ser tan sencillo como reconocer que esa nariz que no me gusta es justamente la que le da un sello particular a mi presencia.

Puede ser tan fácil como reconocer que nuestro bienestar es nuestra responsabilidad y no es consecuencia de una conspiración planetaria.

Pero también puede ser tan complicado como quedarse quieto y no hacer nada al respecto.

Autoestima, autoaceptación, diversidad

¡Comenta y comparte!

Deja una respuesta