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¿Sabes qué es la Inteligencia Artificial?

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En el artículo anterior dije que aclararía lo de las comillas en la palabra “inteligencia” cuando nos referíamos a la IA.

¿Es realmente “inteligente” una máquina dotada con IA?

¿Puede ser “algo” inteligente? ¿O solo deberíamos referirnos a “alguien” cuando hablamos de inteligencia?

Pero si contestamos que solo es posible llamar inteligente a “alguien” no a “algo”, solo podríamos referirnos a seres vivos, no a aparatos, cosas o el mismo reino fúngico, vegetal y mineral.

Hasta no hace muchos años, la inteligencia era una cualidad solo aplicable a los seres humanos. De hecho aún se usa la palabra “animal” como a alguien que no piensa, o que hace brutalidades.

Así que no tengo claro que podamos (o debamos) llamar “inteligente” a una máquina o a un programa informático.

Uno de los primeros efectos cuando llamas “inteligente” a un aparato es que la dotas de cierta humanidad. De hecho, esa es parte de la búsqueda de los desarrolladores: que estos inventos reproduzcan cada vez con más similitud la inteligencia humana.

Pero como ya sabrán esto es difícil.

También hasta hace apenas unas decenas de años, creíamos que la inteligencia era solo un serie de cualidades derivadas de una particular forma de procesamiento de la información en los humanos. O sea, solo nos referíamos al pensamiento.

Ya habían corrientes filosóficas, poéticas y de investigadores que habían señalado que “el pensamiento”, o mejor dicho “cierta habilidad para pensar de acuerdo a lógicas señaladas como más acertadas, estratégicas o lógicas”, no podían ser el único indicador de la inteligencia.

Esas corrientes vieron recompensada su reivindicación en la investigación del psicólogo estadounidense Howard Gardner con su libro “Inteligencias Múltiples”, donde señalaba básicamente que el “cociente intelectual” (CI) no podía ser el único indicador de la inteligencia de una persona.

Si tú, amiga lectora o lector, aún usas el CI clásico para tus procesos de selección en las organizaciones o para evaluar la inteligencia de las personas de tu entorno, te invitamos amablemente a revisar este supuesto, ya que ha sido reevaluado con creces en los últimos años. Es casi como utilizamos a una marmota para predecir el clima. Tiene su gracia, puede acertar muchas veces, pero no es un método fiable para tomar decisiones, por lo menos para nuestras súper mentes científicas. Muchas de las decisiones en las zonas rurales y de muchas población rural en las ciudades se basa en supersticiones, amigos imaginarios y prácticas adivinatorias.

Aunque parezca raro, la inteligencia está unida a la igualdad, a la promoción de la diversidad y a los derechos humanos. Muchas personas con mejores posibilidades económicas piensan que quienes son de ciertos estratos sociales o educativos son como animales. ¿Te choca pensar que aún haya personas que piensen así? Pues puedes revisar los informes sobre la pobreza, la explotación humana y la esclavitud en estos tiempos y te darás cuenta que considerar o no inteligente a alguien puede hacer la diferencia en la manera en que te relacionas con esta persona, en cómo la tratas.

Asumamos, sin mayor análisis que tenemos inteligencias múltiples. Si aplicamos el término “inteligencia a las máquinas” también podríamos entonces decir que hay múltiples inteligencias con las cuales dotar a éstas. Pero, por más, que forcemos el análisis cuando hablamos de inteligencias múltiples en los humanos estamos lejos de referirnos a múltiples versiones de software para las máquinas.

En los aparatos, cualquiera que sea la versión o la “capacidad” de la máquina solo estamos hablando de una serie de procesos de combinación más o menos lógica de datos que pueden proveer a dichos artefactos de la capacidad de combinarlos entre ellas mismas y producir cualidades emergentes (aprendizaje, “pensamiento propio”).

En nuestra familia tenemos un mantra que usamos cuando alguno de nosotros prefiere la fuerza bruta a pensar “La inteligencia por encima de la fuerza”. Ser “inteligente” puede usarse simplemente como un adjetivo que usamos cuando alguien resuelve un problema con la misma estrategia que yo o con una incluso superior. En dicho caso nuestra expresión de “¡Qué inteligente! Irá con nuestra cara de asombro.

Para un momento. Piensa a qué le atribuyes tú el concepto de inteligente. Piensa. Para de leer.

Bien, también hace apenas pocos años estamos dispuestos a asignarle este término a seres vivos no humanos. Esto ha ayudado a que tengamos una especial sensibilidad hacia ciertos animales. Les llamamos animales “superiores” no solo por el tamaño en algunos casos, sino por tener cerebros con una capacidad de “inteligencia” que se asemeja a capacidades básicas de procesamiento y resolución de problemas de los humanos. Ya lo saben, más allá del “snob” actual por las mascotas, muchas personas hemos dicho con respecto a nuestros peludos compañeros domésticos que es como “si solo le faltara hablar”. Hoy hablamos de animales sintientes para darles derechos parecidos a los de los humanos. Cada día avanzan más los movimientos por los derechos de los animales, aunque aún estamos en una especie de caldo ético donde no sabemos exactamente qué debo considerar y qué no. Por ejemplo, muchos animalistas son carnívoros, lo que es una evidente contradicción ética, pero no para ellos. Muchos veganos y vegetarianos son “especistas”. Esto significa que discriminan a los animales según la especie, unos animales deben ser respetados y cuidado y otros no. Es un lío ético de cojones. En eso estamos ahora, como humanidad y aún falta. Muchos de los pilares de nuestras creencias, principios y valores, están en revisión.

Con estas elementales reflexiones podemos volver a la “inteligencia” artificial.

¿Qué es la inteligencia artificial?

Según el Dr. Silva de IBM, las preguntas son ¿Puedes obtener un comportamiento inteligente de las máquinas, como la capacidad de aprender, ser capaz de razonar?

Está claro que el contexto es la inteligencia que se refiere, de nuevo a procesamiento particular de información.

El Dr. Tegmark sugiere que…

...la inteligencia no tiene por qué estar restringida a organismos biológicos.

Y Adelyn Zhou, cofundadora de TOPBOTS, que…

...hemos estado interactuando con estas “inteligencias” artificiales desde hace unos años sin darnos cuenta.

Sin decir mucho, el Dr. Brooks, lo sugiere todo: 

“No hay una definición de ‘esto es inteligencia artificial’. En realidad es un conjunto de prácticas y piezas que las personas reúnen”.

Hereje (en su etimología original), como suelo ser, a mí me empieza a parecer que lo que hoy llamamos Inteligencia Artificial pueden ser varias cosas:

–  Un anhelo. Un sueño de reproducir la complejidad de los cerebros, tanto humanos como de otros seres vivos.

–  Un conjunto de trucos hechos por investigadores y científicos de diferentes disciplinas para obnubilar al ser humano actual. Como una especie de “descubrimiento” de América, cuando se usa el chiste, poco acertado, de que a los indígenas les engañaron con espejitos (de nuevo, discriminación por supuestos grados de inteligencia).

–  Una estrategia de marketing. Como está de moda, como tenemos los oídos atentos a este tema(como yo), me temo que nos meterán muchos “gatos por liebres”. Muchos aparatitos que vemos por allí no son más que automatizaciones que no podrían llamarse “IA”. Pero que si hacen su truco y nos deslumbran, los calificaremos así.

Por intentar ser un poco más formales, algunas definiciones que he encontrado “surfeando” por la red:

–         La Inteligencia Artificial (IA) es la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano. (Iberdola)

–         En ciencias de la computación, una máquina «inteligente» ideal es un agente flexible que percibe su entorno y lleva a cabo acciones que maximicen sus posibilidades de éxito en algún objetivo o tarea. (Wikipedia)

–         Coloquialmente, el término inteligencia artificial se aplica cuando una máquina imita las funciones «cognitivas» que los humanos asocian con otras mentes humanas, como por ejemplo: «percibir», «razonar», «aprender» y «resolver problemas» (Wikipedia)

–         Coloquialmente, el término inteligencia artificial se aplica cuando una máquina imita las funciones «cognitivas» que los humanos asocian con otras mentes humanas, como por ejemplo: «percibir», «razonar», «aprender» y «resolver problemas» (Wikipedia)

Como este ciclo está dedicado a hacer más preguntas que a dar respuestas. Les remito al excelente artículo de Javier Pastor para Xataka sobre ¿Qué es la Inteligencia Artificial?

Tegmark lo resume, como la capacidad de lograr objetivos complejos, pero esto se queda bastante corto si tenemos en cuenta que la resolución de problemas, si bien es una capacidad que pondríamos en la lista de cualquier definición de inteligencia, si tenemos en cuenta el paradigma de las inteligencias múltiples, es a las claras insuficiente.

Por un lado los seres humanos somos mucho más que simples “solucionadores de problemas”, pero por otro lado, si no es para solucionar problemas, ¿Para qué queremos un robot?

Al empezar a difuminarse los límites de lo que podemos considerar “inteligente”, Tegmark sugiere que “la inteligencia artificial es solamente aquella inteligencia que no es biológica”. Eso es decir mucho y decir nada.

El documental plantea, sin mayores discusiones al respecto que una máquina se considerará inteligente cuando tiene capacidad de emular los sentidos (vista, audición) y procesar información con el fin de aprender con respecto al mundo al “igual” que nosotros.

Este es otro tema de discusión, que por ahora se quedará por fuera de este artículo: Si hay múltiples inteligencias quiere decir que hay múltiples formas de aprender. Es solo una posibilidad decir que las máquinas van a aprender “igual” que lo hacemos los humanos o los animales.

Definición Light

Los estadounidenses utilizan una manera de definición que puede llamarse recursiva, cuando el área es muy compleja y definirla siempre terminará con un concepto impreciso. Así no es raro que digan que la Psicología es aquello que estudian los psicólogos.

Con la IA nos pasará lo mismo. No nos interesa mucho si realmente sabemos qué es la IA. Probablemente por tendencia, por moda, nos interesa incorporar el término como una manera de mostrarnos en la vanguardia del pensamiento.

Casi con seguridad, de manera popular, nos quedaremos con la versión ligera (light), como en muchos otros aspectos, a pesar de las implicaciones éticas que pueda tener si lo entendemos realmente o no.

Al final diremos que la Inteligencia Artificial es aquello que los empresarios, investigadores, desarrolladores y “frikis” digamos que es la IA. Todos y todas creeremos que nos referimos a lo mismo y todos felices en una especie de alucinación colectiva, como es casi todo en realidad.

Con esta idea global de creer que sabemos (pero que en realidad no sabemos) qué es la IA, nos quedaremos. En la medida que avancemos en el ciclo, espero que nos vaya quedando más claro o, como es mi anhelo, nos queden más cuestionamientos.

¿Te arriesgarías a decir una definición de qué es la IA? Compártela en los comentarios

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