Testimonio

Los tiempos han cambiado sin duda.
El (la) Internet nos permite cosas que hace apenas unos años eran impensables. Tanto si vives fuera del país, como si se te dificulta ir físicamente al consultorio, o en estos tiempos de pandemia quieres una atención segura, la consulta psicológica online es una excelente alternativa.
La alta velocidad en la transmisión de datos le ha dado un vuelco a la manera en que habíamos entendido la comunicación. Los cirujanos pueden operar a distancia, manipulando un robot que es quien está operando, las empresas tienen equipos en diferentes países interactuando a través de sistemas de videocomunicación y, lamentablemente, también hay operadores de armas a distancia que pueden masacrar un pueblo sin siquiera estar presentes, como si fuera un videojuego.
La psicología, y más concretamente la psicoterapia, se viene nutriendo también de estas realidades. Desde las torpes comunicaciones por internet que existían hace apenas 15 años, a las diferentes plataformas que existen hoy,a través de las cuales puedes hacer llamada con una calidad muy buena. Aún no es perfecta la comunicación, aún hay caídas de la llamada, pero cada vez es más fácil tener una experiencia fluida, sobre todo en un servicio como la atención psicológica donde existen momentos clave en que se necesita que esa conexión no falle.
En el momento álgido donde la persona te está contando un aspecto crucial de su problemática, o cuando, como psicoterapueta, estás haciendo una aportación fundamental para la reestructuración y resolución del motivo de consulta, una buena conexión a internet, puede hacer la diferencia.
La experiencia de ir al Psicólogo
La consulta psicológica online lucha contra la idea que tienen muchas personas de lo que significa ir al despacho de un psicólogo. Es una experiencia que empieza en el reconocimiento de que se necesita esta ayuda, y termina cuando el tratamiento se cierra, ya sea porque el problema se solucionó o mejoró ostensiblemente, o porque no hubo empatía entre el profesional y el consultante abandonando el proceso.
Una vez que has asistido a la primera consulta y decides volver, ir al psicólogo se convierte en una especie de ritual. Debes separar la cita. Sabes que esas horas las dedicarás a hablar de tí y tu entorno, en un ambiente profesional, donde se espera que seas lo más honesto(a) posible y luego volver a tu entorno con los aprendizajes, recomendaciones o tareas que el terapueta te haya mandado.


Para una hora de consulta debes disponer de tres horas si estás en una ciudad mediana o grande. Una para ir, otra para la consulta en sí y otra para volver. Si contamos con que en muchas ocasiones, algunos terapuetas (como yo) no estamos vigilantes de que la hora se ha acabado y nos permitimos extendernos más, dependiendo de lo que esté sucediendo esa semana, entonces habrá que disponer de más de tres horas. También es cierto que, dependiendo del enfoque, el momento del proceso, las circunstancias, el tiempo de consulta puede ser menor.
A mí me gusta decir, porque es así, que lo que pagan mis consultantes no es una hora de atención, es el encuentro conmigo. Y ese encuentro, en promedio puede ser una hora. Lo que significa que puede ser más o menos.
La consulta psicológica online es otra experiencia. Te ahorras el ir al despacho del psicólogo. Estás en tu oficina y reservas el tiempo, o desde la comodidad de tu casa. Igualmente, si tienes un buen plan de datos, con buena velocidad, puedes hacer la consulta desde un café o un parque, siempre y cuando se garantice la intimidad y la atención exclusiva a la sesión.
Diversas experiencias
Tengo consultantes que solo he conocido online. Se logra igual nivel de empatía que en una consulta presencial. Por supuesto se pierde el contacto físico, dar la mano, ver las posturas completas del cuerpo, que en terapia suelen dar información adicional, pero son elementos que se compensan redoblando los niveles de atención.
Tengo consultantes que he atendido primero en el despacho y luego online. En este caso la confianza ya se había establecido y es fácil que se mantenga a través de una pantalla. La consulta online se vive en un ambiente que es continuación del que ya se creó en el despacho.
Tengo consultantes online que he podido atender físicamente en el despacho. Tengo una sensación diferente es estos casos. Es una alegría adicional. Si hemos establecido varias consultas online previas, cuando nos vemos presencialmente es como ponerle cuerpo a una cara que no puedes captar en su tridimensionalidad a través de las pantallas.
La experiencia del consultante
Ya habrás caído en cuenta que no me gusta decir paciente. Es parte de mi particular forma de entender la psicoterapia. En otro artículo me detendré en ello.

En general, hoy en día, con un teléfono «inteligente», un plan de datos y velocidad de internet media, o media-alta, o una tablet o un ordenador, la experiencia de la persona que consulta, si bien no es la misma que asistir presencialmente al despacho de su psicólogo, es una experiencia tan completa como la tradicional. Mientras exista un compromiso serio por parte del consultante de seguir el proceso, y se desarrolle la empatía necesaria con el profesional, la experiencia de la consulta psicológica online puede ser tan valiosa o más que la consulta presencial. Puede ser más, porque el que la persona se conecte desde un espacio cómodo, seguro, conocido por ella, le da un sentido de familiaridad y protección que le puede venir muy bien al proceso. Además de la mencionada optimización del tiempo.
Cuando…
- Estás fuera de tu país y te resulta difícil encotrar un profesional en tu idioma
- Eres una persona muy ocupada que te queda difícil sacar el tiempo (tres o cuatro horas semanales) para asistir a consulta presencial.
- Estás en tu casa conciliando vida laboral y familiar (teletrabajo) o simplemente estás a cargo del hogar y de hijas e hijos.
- Quieres ampliar las alternativas de profesionales que te pueden atender, ya que ahora no te tienes que limitar a la oferta que existe en tu localidad.
- Eres una persona que le gustan las nuevas tecnologías y estás apostando por normalizar que cualquier actividad (como ir al psicólogo) la puedas hacer a través de tus dispositivos.
- Simplemente quieres ensayar una nueva experiencia a la hora de cuidar de tí mismo(a) permitiéndote otra manera de analizar y darle solución a tus problemas, inquietudes o proyectos.
Cuando alguna de esas cosas pase, o esté pasando, la consulta online es ideal para tí.
Si a eso le sumas ideales de reducción de la huella de emisiones de CO2, porque estás comprometido(a) con el medio ambiente, o porque uno de tus objetivos es tener un estilo de vida más saludable que no se tenga que ver sometido al estrés de las carreras de la ciudades y sus atascos, la consulta online es la alternativa.
Ya está aquí, viene para quedarse. En el futuro (realmente ya se puede hacer) podremos encontrarnos en un sala virtual con nuestros avatares (cada vez más realistas) de tal manera que todas esas posibles desventajas frente a la consulta presencial se reduzcan al mínimo, asistir al psicólogo virtualmente, se hará muy sencillo.
En el pasado, la excusa de «no voy al psicólogo» porque no tengo tiempo, podía valer. Con la consulta online, esa excusa ha quedado en evidencia, como lo que es, una excusa .

Es verdad que la consulta online no es para todas las personas y esto incluye tanto a consultantes como a profesionales. Su forma de entender esta relación es a través de lo convencional y está bien. Es una gran experiencia. A mí me sigue gustando mucho. Pero la consulta online me ha permitido atender personas de varios países (hay veces en momentos intempestivas por lo del cambio horario), aprendiendo de cómo las personas intentan resolver sus problemas desde sus realidades particulares. Esta visión más global de los problemas humanos lo agradezco como un gran valor añadido. Al final, atendiendo solo en tu localidad, no tienes que hacer tantos esfuerzos para traducir dichos, proverbios, visiones del mundo, otras maneras de entender el castellano, pero también es una experiencia menos retadora en este sentido.
Si estás pensando sobre si la consulta online es una alternativa para tí, no dudes en ensayarla. Al final es lo mismo que cuando vas presencialmente a un psicólogo por primera vez. Te puede ir bien y encontrar el profesional que crees que te puede servir o darte cuenta que no es la persona (ni la experiencia) que necesitas en este momento. Si ensayas la consulta online, tambien «arriesgas» pero inviertes menos tiempo.
Con respecto a los honorarios, algunos terapuetas online cobran menos que la consulta presencial. Otros cobran más y otros, como yo, cobramos igual. Mi conocimiento y mi experiencia es la misma (atiendo consulta desde 1988), sea en un despacho físico que a través de una pantalla. Como dije, lo que pagan mis consultantes es el encuentro conmigo, no una hora, ni una decoración, unas paredes o unos muebles. Es cierto que online no se tienen las cargas financieras de tener un despacho físico, pero también es cierto que si pones precio a tu tiempo como consultante, te ahorras varias horas, más el equivalente al precio del transporte, por lo que siempre te saldrá más económica la consulta online que la presencial.

Cambiar el chip
Como dije, es otra experiencia. Es cuestión de cambiar de chip, de permitirse ensayar otras maneras de hacer las cosas. De ir con los tiempos que corren, sacándole el mejor provecho a las nuevas tecnologías. Pero, y más importante, ir al psicólogo o a la psicóloga, como ya dije en otro artículo, es una forma de autocuidarse. Es permitirse darse cuenta que cuando se necesita ayuda no hay nada de malo en pedirla, sea en cualquier modalidad. Asistir al psicólogo es una muestra de responsabilidad con la existencia que administramos, cuando sentimos que los recursos propios no son suficientes para salir de un problema o cuando, simplemente queremos una opinión profesional.
Te animo a ensayar la consulta online. Ahora hay una gran gama de posibilidades para acceder a ella.